sábado, 14 de noviembre de 2009

Movimientos en el diario La Capital: Política, ¿se mudó a Economía?

Leemos, en Redacción Rosario:


Al principio me pareció que podía tratarse de un error de la edición on line del Decano, que muchas veces supera con creces a su hermana impresa. Pero a poco de echar una mirada a los títulos de la sección Economía, algo me hizo entrar en zozobra. Leo: “CGT Rosario: acuerdan una tregua para negociar una lista de consenso”, y como nota subordinada ¡¡¡“La interna del PJ local a full”!!!. Mmmm, ¿eso no va en Política?, me pregunto. Y sigo. “Crecen las diferencias en la mesa de enlace rural”. Upa. Nada de medidas anunciadas por los agrogarcas, lo cual podría afectar a la economía. No, pura política. Pero me decidí a continuar oteando títulos. Ahí estaba, la encontré, y pude comprobar que los movimientos en La Capital no se circunscriben al justo mal humor de sus trabajadores, que ya no se bancan la presión de la patronal.


“La mesa de enlace profundiza sus diferencias aunque Buzzi dijo que «no se rompe»”, así, como continuidad del anterior título, tan ostensiblemente político como el otro, pero en la sección Economía. A esa altura de la temprana tarde en esa sección sólo había dos títulos más, que sí rozaban, claro, la temática económica. Uno rezaba: “Presentación judicial por la suba de hasta un 400 por ciento del gas”. El otro, más específico de esa disciplina, sentenciaba, para placer de los lectores más oleaginosos: “Se pagaron mil pesos por la soja local”.


Siempre me dicen: “Sr I, usted es muy exigente, y a menudo se pone bravo con cuestiones de poca monta”. Vale, acepto que en este clima de crispación que vienen generando los referentes de la oposición, que mandan cartitas flamígeras a las embajadas, diciendo “Pido gancho, este gobierno me robó la idea y le da de comer a la gente”, los dueños de los monopolios mediáticos, que decidieron intentar que ese mismo gobierno no termine su mandato, los grupos económicos que quieren volver a tener empleados en la Casa Rosada, y los estúpidos que repiten lo que dicen los primeros y los segundos y no se enojan con los terceros sino con el gobierno, estoy algo sensible.


Pero esos títulos en Economía me llevaron directo a la sección Política, que por lo general evito leer, teniendo en cuenta que su contenido es una permanente intervención quirúrgica.


Me dije, a poco de echar un vistazo, que no me había equivocado al pensar que los títulos político-gremiales debían estar en la sección Política. Porque allí, ufano, esplendoroso, vivaz como un cachorro a quien se le acaba de tirar un hueso, resplandecía el siguiente título: “Lescano: «La libertad sindical ha pasado todos los límites en Argentina»”. Sí, claro, al viejo dirigente nacional de Luz y Fuerza ni siquiera lo afectó la muerte de José Rodríguez, de Smata, ese otro gordo famoso que se fue de este mundo hace pocos días, y cada dos palabras pronunciaba la palabra “zurdo” para referirse a algunos gremios díscolos con la CGT. Pero todo ese arsenal macarthista estaba donde debía estar: en Política.


¿Qué habrá pasado?, me pregunté. ¿Pereza? ¿Confusión? ¿Falta de espacio, cuando si hay un universo donde el espacio es relativo es, precisamente, el digital? ¿O será que la definición de las nuevas autoridades de la CGT local tienen un verdadero impacto económico? ¿Acaso los destinatarios naturales de la sección Economía de La Capital quieren enterarse de cómo vendrá la mano si uno u otro sector gana la conducción de la CGT vernácula? ¿Estarán ansiosos por saber si se extenderá el conflicto gremial si las patronales siguen haciéndose las sotas, sin aumentar salarios y despidiendo gente a lo pavote? Mmmmm, no me hagan pensar mal, editores de Economía de La Capital, que esas estratagemas son esperables en Punto Bizcocho (PBiz) o en Obligaciones Negociables al 24 % anual (ON24), pero no en una sección de un diario que lee... hasta mi tía, que cada tanto quiere saber si le aumentaron la jubilación. Ah, ¿eso debe buscarse en Política? Entonces, muchas gracias, che, le aviso, porque ella tampoco lee Política. Se aburre, como yo.

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