Ya se sabe, en determinadas personas el exceso de apetito obedece a causas psicológicas. Tales individuos usan los alimentos como un sustituto para la satisfacción que deberían obtener de otras fuentes emocionales. Pobre, a Lilita le pasa eso y nadie la entiende. ¿Alguien que le quiera dar una mano? ¿Una piña colada? ¿Un puntín de fresa en el tujes? Vamos, sean solidarios, che...
A menudo, a falta demorfi bueno es chuparse un matecito. Seguí chupando, Lilita, seguí chupando. Antes que entrarle a los bizcochitos de grasa, que aparte son tan poco cool, ¿no?
1 comentario:
Jajajajaja, tiene diarrea oral la pobre...
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