¿De qué sirvió, Pino?

En 1971, Juan Domingo Perón convocó al Grupo Cine Liberación para que filme en su exilio de Puerta de Hierro, en Madrid, lo que serían dos monumentales testimonios cinematográficos: La Revolución Justicialista y Actualización Doctrinaria para la toma del poder. Pino Solanas, joven integrante de aquel espacio creativo, pasó horas reporteando a Perón. Horas en las que el General desenrrolló su pensamiento, marcó doctrina, actualizó conceptos, arrimó el bochín y envió sus típicos guiños, aprovechando como pocos la cámara del cineasta.

Un año más tarde, dos jóvenes músicos echan a rodar un disco, Vida, que volaría una cuantas cabezas y que haría conocido al dúo más allá de Caballito, donde tocaban sus temas, haciéndose llamar Sui Generis. Una de las canciones folk que grabaron para ese disco se llamaba Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris, y en una de sus estrofas decía: “¿De qué sirvió cuidarte tanto de la tos?”.

La cosa es que, 38 y 37 años después de aquellas épicas jornadas, se impone una pregunta: ¿De qué sirvió, Pino, tanto Perón, si ibas a terminar rodeado de gorilas intentando empujar al precipicio al gobierno que más se ha acercado al peronismo que por años te deslumbró?

Porque leemos, en una gacetilla del Partido Socialista: “Rubén Giustiniani y Fernando «Pino» Solanas rechazaron la reforma electoral que impulsa el gobierno nacional y coincidieron en la necesidad de impulsar una reforma política en el marco de un debate profundo luego del 10 de diciembre cuando asuman los nuevos legisladores nacionales”. ¿De qué sirvió, estar tan cerca de Perón? ¿Y qué se hizo del militante febril? Sí, Pino, podríamos entonar esta última frase con la música de Natalio Ruiz. La métrica da.